Silencio
Se puede hablar y no hablo,
de tanta miseria difuminada en las mentes
de sonrisas y llantos que van de la mano
de espejos que se parten al contemplarlos.
Se puede hablar y no hablo,
de lo extraño de la vida y su camino
de suspiros descompasados y la muerte
de caricias repentinas y la suavidad del momento.
Se puede hablar y no hablo,
de personas que dijeron a dios sin poder evitarlo
de miradas perdidas y encontradas en el tiempo
de los sueños y sus realidades grabadas en el recuerdo.
Se puede hablar y no hablo,
de los acontecimientos que golpean la mente
de los sin sabores que deja lo andado
de lo mucho, de lo poco y de aquello que no existe.
Se puede hablar y me callo.
Rubén M.